domingo, noviembre 28, 2004

Jueguecitos sádicos

Una familia de clase alta alemana formada por esposo, esposa, hijo pequeño y perro, deciden ir a pasar unos días a su casa en las afueras para navegar en su barco velero. La feliz y adinerada familia no contaba con la inesperada visita de dos jóvenes demasiado insistentes... Este es el argumento de la genial y brutal Funny Games, hábilmente dirigida por Michael Haneke. Un director que presume de la dureza de sus películas, y en las que su visionado requiere de un precalentamiento emocional, así que depende del estado de ánimo que se tenga, mejor no verlas. En Funny Games hay una mezcla de sutileza y brutalidad en la forma de rodar las escenas violentas. Haneke consigue desmoronar la moralidad del espectador, tirándola por los suelos, machacándola, exhibiendo el lado más oscuro, irracional y perverso del ser humano. Además se toma el lujo de hacer partícipe de la barbarie al espectador, haciéndonos sentir una mezcla de rabia, impotencia y perplejidad.

Por algunos momentos de tensión me recordó a la genial Haute Tension del joven Alexandre Aja, y en otros momentos de violencia injustificada y explícita me recordó al lado más violento de Takashi Miike.

En cuanto pueda veré La Pianista, del mismo director y también algo fuerte, según dicen.



No hay comentarios: