El ritmo de estos grupos lo suele marcar el batería, a menudo son baterías muy rápidos e inagotables. He visto varios grupos de hardcore/melódico en directo y creedme si os digo que los baterías son los putos amos, son los que sudan más, y aunque parezca mentira, sentados se mueven más que cualquier otro miembro del grupo. Si algún día pudiera ser miembro de un grupo de música, sin duda, sería el batería. Por mucho que se empeñen en que los baterías son los que menos esfuerzo mental hacen, estoy seguro que físicamente se desahogan más que cualquier otro miembro del grupo. De todas maneras, en el fondo, me gustaría tocar cualquier instrumento de un grupo de música hardcore, ya sea la guitarra, la batería o el bajo, ya sabéis, soñar es gratis.
Recuerdo la primera vez que escuché Bad Religion, que comparé el sonido de la batería con el repicar de una moneda al caer al suelo. Me encantaba y me encanta ese sonido, y sobretodo ver tocar a los baterías, como a Travis Landon Barker de los Blink 182 y a Dave Raun ex-batería de GoodRiddance y batería de Lagwagon y Me First And The Gimme Gimmes. Tuve la suerte, gracias a un colega, de coincidir después del concierto de Lagwagon en Barcelona, con Dave Raun en el Pepe’s Bar. Un tipo enrollado al que invité a una cerveza y le di a probar de mi cubata de Ballantines con Red Bull, a lo cual respondió con cara de asco diciendo “Puaggg fucking shiiiiit!” y volvió a coger la cerveza para decirme que prefería la birra. Es lo más cerca que estuve de un batería de hardcore, mientras tanto, lo más cerca que estoy de ellos es cuando me acerco a la televisión para ver sus video clips, o cuando me pongo los cascos del walkman y imagino que estoy en uno de esos conciertos, donde llevar gafas es todo un riesgo.
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