Sigo vivo, y no es que me haya ido de vacaciones(soy pobre). Sólo es que no encuentro tiempo para escribir o comentar algo por aquí. Os ofreceré unos multicomentarios, entre estornudo y flema, el catarro que he sufrido, y sufro en menor medida ahora, ha sido jodido, en especial cuando me levanto por las mañanas. Además he tenido que asistir a pruebas de esas que hacen a uno para poder entrar a trabajar en un puesto de trabajo de mierda, léase cadena de producción y demás, pasando estúpidos psicotécnicos a contrarreloj y surrealistas entrevistas donde los propios entrevistadores no tienen ni puta idea de cómo está el maldito mundo laboral.
Para rematar son las fiestas de mi triste barrio, y digo triste porque en mi barrio los pisos cuestan 80 millones de pesetas de las de antes, y tenemos a yonkis pinchándose en cada esquina y en cada portería, sumando atracos a panaderías(fui testigo de uno)y persianas de supermercados reventadas, incluso butrones a tiendas para robar jamones. Un barrio donde la gente por el día presume de tener lo que nunca tendrá, y donde la noche da paso a la peor de las faunas urbanas. Un barrio donde los hijos de obreros que consiguen meterse en una hipoteca, y consiguen comprar un coche, una plaza de parking y firmar un contrato indefinido en un trabajo de mierda y que odian, votan al Partido Popular. Superviviente a toda esta puta miseria y decadencia urbanita, hay días en los que al despertar, me cuesta poner un pie en el suelo delante de mi cama. Esos días están cargados de odio pero también de temple, sé que no soy el único superviviente a esta irónica y extraña situación. Por desgracia no soy la única víctima de este artificial y monumental paraíso de hormigón y falsa complacencia y felicidad. Hoy he estado con los amigos/as univeritari@s de mi novia y he tenido que aguantar toda clase de rutinarias quejas sobre el decadente mundo laboral, mientras me tomaba unas cervezas. Es curioso, si alguien con una o más de una carrera universitaria a sus espaldas sufre las mismas injusticias laborales que uno que no se ha licenciado, ¿qué es lo que justifica tanto esfuerzo estudiantil? Una carrera universitaria ya no es garantía de nada, y sé que no os descubro nada con esto, pero es lo que veo a diaro. Estamos todos en el mismo punto de mira. Rectifico, no todos, el enchufe aún existe, pero de forma más moderada. Hoy día uno puede conseguir enchufe para meterse de peón en una empresa, o de mozo de almacén, pero poco más.
Llegará un día en el que la propia situación económica y social de nuestros progenitores se convierta en nuestro único y cruel destino. Ese futuro no está tan lejos, diría que está pasando ahora mismo, diría que me está pasando a mi...
Me apoyo con resignación en mi vena punk y digo con cierta ironía, como dicen los La Mala Ostia: “Yo vivo bien con mi vida, tan tranquila. Y si existen problemas, pues hay dirigentes, los hemos votao democráticamente.”
Para rematar son las fiestas de mi triste barrio, y digo triste porque en mi barrio los pisos cuestan 80 millones de pesetas de las de antes, y tenemos a yonkis pinchándose en cada esquina y en cada portería, sumando atracos a panaderías(fui testigo de uno)y persianas de supermercados reventadas, incluso butrones a tiendas para robar jamones. Un barrio donde la gente por el día presume de tener lo que nunca tendrá, y donde la noche da paso a la peor de las faunas urbanas. Un barrio donde los hijos de obreros que consiguen meterse en una hipoteca, y consiguen comprar un coche, una plaza de parking y firmar un contrato indefinido en un trabajo de mierda y que odian, votan al Partido Popular. Superviviente a toda esta puta miseria y decadencia urbanita, hay días en los que al despertar, me cuesta poner un pie en el suelo delante de mi cama. Esos días están cargados de odio pero también de temple, sé que no soy el único superviviente a esta irónica y extraña situación. Por desgracia no soy la única víctima de este artificial y monumental paraíso de hormigón y falsa complacencia y felicidad. Hoy he estado con los amigos/as univeritari@s de mi novia y he tenido que aguantar toda clase de rutinarias quejas sobre el decadente mundo laboral, mientras me tomaba unas cervezas. Es curioso, si alguien con una o más de una carrera universitaria a sus espaldas sufre las mismas injusticias laborales que uno que no se ha licenciado, ¿qué es lo que justifica tanto esfuerzo estudiantil? Una carrera universitaria ya no es garantía de nada, y sé que no os descubro nada con esto, pero es lo que veo a diaro. Estamos todos en el mismo punto de mira. Rectifico, no todos, el enchufe aún existe, pero de forma más moderada. Hoy día uno puede conseguir enchufe para meterse de peón en una empresa, o de mozo de almacén, pero poco más.
Llegará un día en el que la propia situación económica y social de nuestros progenitores se convierta en nuestro único y cruel destino. Ese futuro no está tan lejos, diría que está pasando ahora mismo, diría que me está pasando a mi...
Me apoyo con resignación en mi vena punk y digo con cierta ironía, como dicen los La Mala Ostia: “Yo vivo bien con mi vida, tan tranquila. Y si existen problemas, pues hay dirigentes, los hemos votao democráticamente.”
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