sábado, agosto 06, 2005

A merced de unas cámaras

Freeze Frame es un adrenalínico, oscuro y claustrofóbico thriller protagonizado por un irreconocible Lee Evans en pleno estado de ebullición paranoica. Sean Veil (Lee Evans) es sospechoso de un múltiple y brutal asesinato quedando absuelto por falta de pruebas. Veil no se cansa de proclamar su inocencia y decide encerrarse en casa, desquiciado y ultra paranoico se rodea de cámaras, para grabarse las 24 horas del día y así tener siempre una coartada para cuando se vuelva a cometer otro crimen e intenten culparle. Y así se tira diez largos años hasta que un día lee en el diario que el investigador forense que llevaba su caso, Saul Seger, que afirmaba y afirma con rotundidad que Veil es culpable, acaba de publicar un libro titulado “Oscuridad Invisible” con el que presume de haber creado un manual para poder descubrir a un peligroso asesino entre nosotros.




Pegado me he quedado a la pantalla durante los aproximados cien minutos que dura la película. John Simpson, director y guionista, nos presenta a los carismáticos personajes a un ritmo vertiginoso viajando de objetivo en objetivo de cada una de las cámaras digitales que pueblan el tenebroso paisaje de Freeze Frame. Y todo envuelto en una atmósfera oscura y asfixiante que ayuda a completar la perfecta interpretación de un Lee Evans de cabeza y cejas afeitadas, poseído por un estado de histeria y paranoia permanentes.




Los que visitan este blog ya sabrán que disfruto con personajes de este tipo, personajes desquiciados que parecen haber nacido para luchar contra corriente, y que jamás piensan en el suicidio, sino en intentar pasar cada una de las pruebas o problemas que se les plantea haciendo de su vida una lucha constante por la supervivencia. El personaje de Veil no llega en ningún momento a perder la cabeza aunque a punto se queda.

Película recomendada para los que les gustó El Maquinista y disfruten con ambientes oscuros y opresivos.

No hay comentarios: