Hoy, en uno de mis tantos arrebatos de frustración espontánea y cerebral, me ha dado por llevarme a cerrar para siempre este pequeño blog. Y ése mismo inusitado pensamiento ha viajado por mi diminuto, pero a la fuerza, exponencial cerebrito durante segundos, hasta acabar vencido y frustrado por la fortaleza que me dan todas las personas que me visitan, algunos conocidos física y/o virtualmente, pero otros muchos desconocidos y a la vez bienvenidos que llegan hasta aquí a menudo buscando una imposible respuesta o posible aceptación a sus, para la media dominante, incomprendidas aficiones. Otros tantos llegan hasta aquí provocando en mí una admiración tal a sus visitas que animan a superarme en cada pequeño post que escribo.
Saber que mis medidas palabras escritas no caen en saco roto me reconforta, y de alguna manera me obliga a continuar con este pequeño espacio virtual, al que algunos acaban llegando por una mezcla de búsqueda e incomprensión personal, y por lo que consigo acertar, acaban regocijándose en algún que otro pequeño post, para acabar volviendo a visitarme. Este pequeño post/arrebato va dedicado a todos ellos, a los que usan Internet como esa electrónica ventana imposible y virtual que les trae más alegrías que las que les da la propia realidad que asoma desde sus objetivas y terrenales ventanas. Así que desde aquí os comento con pasión una de mis tantas aficiones visuales…
Si alguien presume de conocer el género Gonzo como subgénero pornográfico y no conoce a Jules Jordan es que no sabe lo que es el gonzo ni sabe nada de sus orígenes. El Gonzo a la pornografía cinematográfica, es como el cine de acción y espectáculo a Hollywood. El gonzo consiste, básicamente, en un director que cámara en mano, graba encuentros sexuales presumiblemente espontáneos y sin apenas guión, entre actores preferiblemente desconocidos. Pero como en el porno las actrices son las que marcan y mandan, pues son las actrices las que se muestran como carne fresca y protagonista, y los actores pasan a convertirse en pasajeras pollas anónimas ansiosas de lefar a toda fémina que se les acerque. Pero como en casi todo, la calidad viene dada por el equilibrio entre la cantidad. Y todos los onanistas ávidos de aceite Jhonson’s sabemos que John Stagliano, padre y creador del imprescindible sello Evil Angel, fue en su momento pionero de un género que es el que actualmente domina el 90% de las producciones porno mundiales; el gonzo. Un género que hace unos años revolucionó Jules Jordan con actrices de infarto, anales perfectos, y planos imposibles y de insuperable física, dentro del propio sello, y con deliciosas sagas que prometieron un nunca acabar, como Flesh Hunter, Ass Worship y Feeding Frenzy, entre otras.
Si sois como yo, de depresión constante pero a la vez de una gran autoestima y cariño a vuestro dedicado miembro sexual, sabréis saborear de este buen porno; exquisita lencería moderna, actrices trabajadas en body building y depravadas y dedicadas a cuanta polla se les acerque, situaciones bizarras mezcladas de una fotografía muy cuidada, con unas localizaciones de auténtico lujo, y firme escaparate de los últimos modelos en juguetes sexuales femeninos.
Y Jules Jordan, consciente de su talento visual, decide desprenderse de Evil Angel para formar su propio sello, julesjordanvideo.com. Autor y lúcido culpable de kilométricas producciones como Black Owned, y su última producción dirigida por el no menos talentoso Mike John, Racial Tension, promete erigirse con sobrada capacidad como descendiente oficial del género gonzo. Pero no podemos olvidar que los costes de las producciones gonzo son cada vez menores, que auténticos cuerpos esculturales provenientes de países del este, otros tantos de Brasil, y cada vez rozando más la edad legal, son capaces de rodar sin ningún tipo de pudor ni esfuerzo, dobles anales, bukakkes, salpicados squirtings y caóticos gang bangs pandilleros. Son actrices que actúan de verdad pero que no ayudan nada al porno porque no disfrutan. Si las actrices no disfrutan, los actores no disfrutan. Si nadie disfruta, entonces el espectador tampoco. Es el problema del gonzo, algunas escenas se muestran artificialmente mecanizadas, sin sustancia, las mismas frases pronunciadas con el mismo simulado acento americano, los mismos gestos, la auténtica espontaneidad se pierde, es falso gonzo comercial. Ante esto no hay mucho que hacer, sólo contratar a auténticas actrices guerreras, que las hay y muchas. Así de pronto me vienen a la cabeza del prepucio nombres como; Flower Tucci, Tiffany Mynx, Sandra Romain, Lauren Phoenix, Nikki Hunter, Alicia Rhodes, Katja Kassin, Gia Paloma, Katrina Kraven y la recién llegada Naomi, entre otras muchas…
Todas auténticas estrellas del porno que demuestran disfrutar de cada escena que protagonizan y que si alguna vez actúan lo hacen a tal nivel que resultan tan creíbles como la misma y auténtica esencia del gonzo.
1 comentario:
Excelente redacción, gran acopio de información, hace tiempo no encontraba un blog dedicado a temas porno que describiera de manera tan fidedigna y amable el gonzo.
continúa así.
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