lunes, octubre 02, 2006

Terror rural europeo

El pasado agosto tuve el placer de visionar una de las mejores películas que he visto últimamente teniendo en cuenta que trata un subgénero de terror que me apasiona. Quería currarme una mini crítica entregada a la altura de la película pero como siempre entre unas cosas y otras no tuve la ocasión en su momento.

Sheitan es una película francesa de terror rural. En este caso mostrado desde una perspectiva muy europea, al igual que la excelente Calvaire, lo que hace que llegue más a los que estamos algo más familiarizados con ese tipo de parajes. Sheitan deja a un lado el suspense psicológico de la primera parte de Calvaire para pasar directamente a la acción mostrando a un grupo de jóvenes que parecen llevar el slogan de no future tatuado en el cerebro y que, como es típico en este subgénero, hacen gala de un ataque hiperhormonal constante donde la testosterona y el pensar con el prepucio les hace fiarse del primer par de tetas que se cruzan en su simple pero decisivo camino.




Y es por unas tetas por las que viajan hasta una casa campestre cerca de una pequeña aldea perdida donde la palabra civilización parece no tener sentido. Es entonces cuando aparece el peso fuerte de la película, Joseph, un excéntrico campesino interpretado por un impresionante y nunca decepcionante Vincent Cassel que en un primer momento se comporta de una manera excesivamente efusiva con sus visitantes pero que, en un principio, no les hace sospechar lo que les espera.




Sheitan trata sobre el temor a lo desconocido, del temor de unas personas supuestamente civilizadas que encuentran a otras supuestamente primitivas. Kim Chaparon, el director, utiliza un recurso parecido al que usó John Boorman en el 72 con Deliverance para la magistral escena del banjo. Kim Chaparon en este caso muestra a unos paletos con síntomas físicos de disminución psíquica justificando así esa descomunal fuerza y ese carácter agresivo pero aparentemente ingenuo. En Sheitan, además, personifica el terror en un solo personaje, el de Joseph, juega con esa amabilidad que muestran esas buenas gentes de zonas rurales con sus visitantes, para llevarla al lado perverso de la mente humana y convertir la casa campestre en una trampa humana donde todos estarán a merced de los delirios de Joseph, que está empeñado en que nadie descubra su enfermizo secreto.




A destacar de Sheitan que no hace alarde de ningún tipo de pretensión, y sobradamente lo demuestra en más de una escena de un humor negro que a algunos, como yo, les provocará más de una carcajada y a otros les incomodará y les hará poner cara de repugnancia, pero que a buen seguro sabrán disfrutar los más altos paladares del terror rural.

1 comentario:

Cesare dijo...

Suena interesante, veré si consigo verla...
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