domingo, mayo 29, 2005

La camisa de fuerza

The Jacket cuenta la historia de un soldado, Jack Starks, que experimenta en la guerra de Irak una vivencia extrema cercana a la muerte. Más tarde, y sin saber por qué, se ve envuelto en el asesinato de un policía y es internado en un hospital psiquiátrico. Es entonces cuando el Dr. Thomas Becker practica en él una brutal terapia, ayudándose de una droga y encerrando al paciente vestido con una camisa de fuerza, dentro del habitáculo de una morgue. Jack Starks, en cada claustrofóbica sesión terapéutica, llega a un estado mental catatónico que le hace viajar al futuro en el tiempo.

The Jacket bebe de muchas fuentes; hay algo de “El Efecto Mariposa”, algo de “Alguien voló sobre el nido del cuco”, algo de “Memento”, algo de “Identidad”, incluso algo de “El Maquinista” y “Donnie Darko”. Pero malogradamente no llega a la calidad de todas las películas mencionadas. Se podría decir que The Jacket es el hijo bastardo de todas esas películas, y algunas más.



El principal problema de The Jacket es que la trama se llega a complicar tanto, que las ansias que nos produce el querer saber el por qué de todo, nos aleja injustamente de los mejores detalles de la película. Nos aleja del lado humano, de las dramáticas historias que rodean a Starks. Adrien Brody hace un papelón interpretando al protagonista, y el reparto que le rodea no se queda atrás: Keira Knightley y Jennifer Jason Leigh se reparten el peso femenino a partes iguales. Y Kris Kristofferson queda redondo interpretando al Dr. Becker, incluso veremos caer una lágrima por su inmutable rostro.

Un gran reparto, teniendo en cuenta lo modesto de la producción, que consigue hacer sólido el drama de la historia. Pero el esfuerzo de los actores no consigue que el guión acabe de cuajar, y tenga agujeros, o lagunas, o partes sin sentido que ayudan a que el espectador se confunda aún más, para llegar al final y no saber completar del todo la historia. Eso sí, la película está muy bien realizada y John Maybury, el director, no escatima en escenas efectista y resuelve de manera aceptable las transiciones entre los viajes temporales.




No obstante, aún no entiendo algunas partes del guión. Ni tampoco entiendo el final al completo, la esencia sí, el drama humano sí, pero no el por qué y el cómo de la terapia o experimento que sufre el protagonista. De todas formas la recomiendo como película claustrofóbica y opresiva. Las escenas en las que el protagonista es vestido con una camisa de fuerza y introducido en los habitáculos de los muertos, no tienen desperdicio alguno. Ni tampoco el desconcierto y la desesperación constante del protagonista, que en algunos momentos no podía evitar el llorar a lágrima suelta.


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