martes, febrero 15, 2005

Fantasmas descafeinados

Debe estar muy mal el cine francés para que una película como la que os voy a comentar haya arrasado en taquilla. Saint-Ange se sitúa en un destartalado orfanato en la década de los 50 con el nombre que da título a la película. Saint-Ange arranca con una escena inquietante en la que dos niños huérfanos se dirigen a los misteriosos lavabos del orfanato, que al parecer esconden un terrible secreto. Al día siguiente llega una chica en autobús para trabajar en el orfanato. Al más puro estilo El Resplandor, el orfanato se quedará vacío durante una temporada. Así sólo se queda el personal de servicio, que consiste en una señora mayor extranjera, una huérfana que se ha convertido en inquilina gracias a su esquizofrenia, la directora del orfanato que aparecerá en contadas ocasiones, y la chica del autobús.

La película tiene sus momentos, algunos muy efectistas con los típicos sustos que a más de uno le encantará, pero en conjunto es una película vacía, hueca, sosa e insípida que parece estar realizada con el único objetivo del lucimiento de su actriz principal, Virginie Ledoyen. Y sí, la chica es guapilla, pero yo no suelo ver películas para deleitarme con la actriz principal a no ser que la película sea porno.

El director se permite el lujo de homenajear a esa gran película de terror fantasmagórico titulada Al Final de la Escalera, y a otra gran película como es El Resplandor. Y hacer esto es un gran error, porque uno se espera lo mejor y luego se siente engañado por la baja calidad del producto final.




La realización técnica está bien, al igual que la fotografía, pero el guión y la falta de ritmo lo hecha todo a perder. Además del vacuo final, que le deja a uno con cara de tonto preguntándose ¿y ya está? Así que ya sabéis, si queréis ver la película sólo por ver la carne joven de la protagonista, adelante. Pero si esperáis una película de fantasmas con buen guión y un final sorprendente o al menos resultón, entonces dejadla pasar.

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