No entiendo como un tipo como Ellory Elkayem, director de esa deliciosa película de serie b para televisión con sabor a John Carpenter titulada Están Dentro, y director también de esa necesaria y entretenida Arac Attack, se ha atrevido a mancillar el nombre de una de las mejores sagas de zombis de la historia por antonomasia, que comenzó magistral e insuperablemente el bueno de Dan O’Bannon . Me estoy refiriendo a ese despropósito titulado Return Of The Living Dead 4: Necropolis; con un deleznable plantel de actores orquestado por un bochornoso Peter Coyote, seguido de una lamentable horda zombi funestamente caracterizada, acompañada de dos superzombis igual de lamentables e inconexos dentro de una trama repleta de incongruencias, y con una única y a la vez necesaria, inevitable y recurrente vinculación con la obra original: los bidones de crioxin.
Y lo peor de todo es que no contento con esto, rodó una quinta parte, titulada Return Of The Living Dead 5: Rave To The Grave que aún no he tenido el valor de ver, y que no me quedará más remedio que hacerlo tarde o temprano. Al menos, en esta quinta parte parece que intenta plasmar el buen humor negro que caracterizó a la obra original.
Últimamente me estoy llevando grandes chascos, a partir de ahora intentaré no inflar en exceso mis expectativas. Así las decepciones no serán tan considerables.
Y lo peor de todo es que no contento con esto, rodó una quinta parte, titulada Return Of The Living Dead 5: Rave To The Grave que aún no he tenido el valor de ver, y que no me quedará más remedio que hacerlo tarde o temprano. Al menos, en esta quinta parte parece que intenta plasmar el buen humor negro que caracterizó a la obra original.
Últimamente me estoy llevando grandes chascos, a partir de ahora intentaré no inflar en exceso mis expectativas. Así las decepciones no serán tan considerables.
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