Michael J. Bassett director de la incomprendida y en mi opinión infravalorada DeathWatch regresa con una nueva película que consigue que la nueva hornada de horror británico se mantenga en altas cotas de calidad sin necesidad de grandes presupuestos ni superestrellas. Podría decirse que Wilderness es una mezcla entre Battle Royale y Dog Soldiers pero sin llegar a la frescura y originalidad de ninguna de ellas, eso sí, destilando una crudeza tal que en más de una ocasión será la delicia de los más gorehounds.
Aprovechando un argumento que bien podría pasar por el de un telefilme, Michael J. Bassett construye minuciosamente un escenario salvaje y opresivo donde un grupo de jóvenes asociales lucharán hasta el límite por su propia supervivencia. Si en DeathWatch apostaba por el género fantástico dentro de una atmósfera de suspense, en Wilderness pasa directamente a la acción mostrando con dureza los sentimientos más bajos del ser humano. Pero no todo reluce en Wilderness, la segunda creación de Bassett podría haberse convertido en un pequeño clásico si no fuera por un final demasiado predecible, y es una verdadera lástima, porque es una película muy bien construida, con una buena fotografía y una acertada banda sonora, una medida dosis de suspense en su primera parte y una segunda parte salvaje de ritmo vertiginoso y con deliciosas dosis de hemoglobina. A pesar de ese detalle final, Wilderness es disfrutable de principio a fin y está muy por encima de las mierdas super comerciales que llegan desde Hollywood, que hace que sigamos muy de cerca los pasos del director haciéndonos cruzar los dedos para que no entre en la industria y siga con su carrera independiente.
Aprovechando un argumento que bien podría pasar por el de un telefilme, Michael J. Bassett construye minuciosamente un escenario salvaje y opresivo donde un grupo de jóvenes asociales lucharán hasta el límite por su propia supervivencia. Si en DeathWatch apostaba por el género fantástico dentro de una atmósfera de suspense, en Wilderness pasa directamente a la acción mostrando con dureza los sentimientos más bajos del ser humano. Pero no todo reluce en Wilderness, la segunda creación de Bassett podría haberse convertido en un pequeño clásico si no fuera por un final demasiado predecible, y es una verdadera lástima, porque es una película muy bien construida, con una buena fotografía y una acertada banda sonora, una medida dosis de suspense en su primera parte y una segunda parte salvaje de ritmo vertiginoso y con deliciosas dosis de hemoglobina. A pesar de ese detalle final, Wilderness es disfrutable de principio a fin y está muy por encima de las mierdas super comerciales que llegan desde Hollywood, que hace que sigamos muy de cerca los pasos del director haciéndonos cruzar los dedos para que no entre en la industria y siga con su carrera independiente.
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