martes, noviembre 14, 2006

El psico-cumpleaños

Lo anunció REFO y lo anunció Nacho Vigalondo, y yo me enteré del inminente estreno gracias a ellos. Algunos pudieron disfrutar de la versión extendida de la arriesgada ópera prima del director alicantino Eugenio Mira, The Birthday, en el Festival de Sitges 2004 ganando el premio a la Mejor Dirección Artística. Muchos otros, como yo, que no asistieron al evento esperaban el día que The Birthday se estrenara en salas de cine comerciales. Dos largos años después llegó por fin el día de disfrutar en cine y en v.o.s. -como tiene que ser, ya que se rodó en inglés- de una película única, pero esta vez no sería la versión extendida de 117 minutos sino la versión recortada comercial de 95 minutos.

El viernes pasado mi novia y yo acudimos al cine Casablanca-Gràcia, único cine donde se estrenaba en Barcelona, y nos quedamos perplejos cuando la taquillera nos informó que la furgoneta que transportaba las cintas había tenido un accidente y las cintas no llegarían a tiempo para estar montadas para la última sesión. Al parecer esa leyenda de película maldita que arrastraba desde el 2004 tenía algo de cierto. Decepcionados pero con la esperanza de poder verla el domingo, nos fuimos a embeodarnos al bohemio y acogedor barrio de Gràcia.

Llegó el domingo y mi hermano también se unió interesado al visionado. Llegamos al cine; se apagan las luces, nos acomodamos, y en plena oscuridad se abren las puertas de un ascensor y aparece -arreglado y desaliñado a la vez- Norman Forrester (Corey Feldman), caminando por el estrecho y oscuro pasillo de un hotel hasta la habitación de su novia vestida de Prom Queen, sin saber que en menos de dos horas se convertirá en el involuntario protagonista de ese inolvidable y enfermizo cumpleaños al que ha sido invitado.





The Birthday es una pesadilla claustrofóbica de la que seremos testigos en primera persona y en tiempo real -casi real en la versión de 95 minutos- disfrutando de la transformación malsana sufrida por un apocopado personaje expuesto a una serie de extrañas situaciones que le llevarán al límite. Como sabrán los lectores de este blog, me encantan las películas de ambientes opresivos y enfermizos, por esa misma razón puedo entender que mi opinión sobre la película no sea nada objetiva. Y es que el ambiente opresivo está tan logrado que a los pocos minutos casi había olvidado que estaba en una sala de cine y no detrás de Norman: luces tenues, colores oscuros, pasillos estrechos, techos bajos y Norman moviéndose como puede y escapando gracias al milagroso ascensor-redentor. Detalles. Hay tantos detalles que no fui capaz de apreciarlos todos, menos mal que iba acompañado. Es de ese tipo de películas que hay que estar atento a lo que sucede en un segundo plano, a las miradas de los actores secundarios, y prestar atención al guión. De todas formas después de la película me quedé con algunas dudas que espero resolver en un segundo visionado a ser posible de la versión extendida. Serie B. Se respira serie B por todos lados, desde el protagonista, un impresionante Corey Feldman -que muchos acusan de sobreactuar cuando lo que hace es acrecentar la sensación de angustia en algunas escenas y en otras dotarlas de un humor tragicómico- hasta todo el vestuario, peinados y estilo de los personajes que describen una década de oro –la de los 80- para este tipo de cine.

Atención posible SPOILER

Resulta curioso que el motivo por el que, en mi opinión, quizás falle el tramo final, sea por desarrollarse en un espacio demasiado reducido para tal cantidad de personas, provocando que la escena quede como una representación teatral de poca credibilidad. En cualquier caso la angustia se apoderará de nosotros; más que visual, de manera sonora, estáis advertidos. Y después de tanta angustia preparaos para el último plano de la película que será de total disfrute para algunos y dejará pegado en la butaca a otros.

Fin del posible SPOILER


The Birthday es un especial cóctel de géneros que ha sido injustamente criticado en nuestro país; más cuando estamos todos hartos de cine con falsa crítica social y de historias tan pretendidamente reales que casi es mejor asomarse a la ventana que ir al cine.

Los rezagados aún tiene tiempo de poder verla hasta el 16 de noviembre en el cine Casablanca-Gràcia (c/ Girona 173-175) Barcelona. Y en Madrid en los multicines La Dehesa Chamartín (c/ Agustín de Foxá s/n, Plaza Estación de Chamartín) y en los cines Luchana (c/ Luchana 38).








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