Con tan sólo dos películas a sus espaldas y ya me considero fan total de
Rob Zombie como director de cine, guionista (también de cómics) y montador. Su opera prima fue
La Casa de los 1000 Cadáveres, una necesaria revisión actualizada de
La Matanza de Texas tras el particular prisma del
Sr. Zombie y situada en la psicodélica década de los 70, donde los Mesías mediáticos aparecían con la misma frecuencia con la que brotaban setas alucinógenas. La película, en principio, contaba con el apoyo de la
Universal pero por desgracia la prolífica productora acabó echándose atrás debido al alto contenido de violencia y lenguaje explícito, entonces los derechos pasaron a la
Metro Goldwyn Mayer que retuvo literalmente la película hasta que apareció mi querida
Lions Gate Films para hacerse cargo de ella y poder ser estrenada en el 2003, así que después de un retraso de tres largos años pudimos disfrutar de
La Casa de los 1000 Cadáveres. Y sí, me encantó, pero tenía un pequeño fallo que empobrecía injustamente el resultado final; algunas secuencias estaban demasiado condensadas al estar montadas como un video clip, eso sí, muy bien montadas por
Rob Zombie experto en la materia ya que él mismo dirigía los video clips de su grupo de música. Es por eso que los últimos minutos flaquean un poco al notarse una ligera intención de alargar la película introduciendo elementos sobrenaturales que desentonan (a excepción de
Tourist Trap) con el género de
familia disfuncional desquiciada y sádica con hogar trampa, léase
terror rural. No obstante, la mano del
Sr. Zombie se hace notar de principio a fin, y a quienes les guste la estética de este multifacético y macabro creador disfrutarán del metraje completo y se quedarán con ganas de más.
Y comento todo esto porque hoy, al fin, he podido disfrutar de la esperada
Los Renegados del Diablo en la última sesión de una sala de cine con sólo tres (3) personas, incluido mi querida señora y yo. Ha merecido la pena, después de meses de esperar y de estar semanas conteniéndome para no poner una copia en versión original que tengo por casa. Y como no podía ser menos he disfrutado de principio a fin aún habiendo sufrido un doblaje mediocre tirando a malo. De todas maneras en pocos días tendré en mi poder la
edición dvd Unrated USA con subtítulos en castellano y disfrutaré de las voces originales, porque la voz del
Capitán Spaulding es de extrema obligación escucharla en versión original.
Y qué puedo decir de
Los Renegados del Diablo, decir que
Rob Zombie ha reinventado el género sería comprometerme demasiado, pero lo que sí ha hecho es renovarlo para llegar al extremo, siempre desde su singular y cautivador punto de vista, para con una cierta habilidad mezclar varios géneros y escoger lo más extremo y violento de cada uno de ellos demostrando sus virtudes
videocliperas. Así en esta segunda parte o
spin off, nos alejamos un poco de la familia disfuncional con hogar trampa, para convertir la película en una
road movie sangrienta con elevadas dosis de violencia y sadismo, y con un guión
tarantiniano donde veremos como los asesinos serán a la vez cazadores y presas, mientras somos testigos de incómodas escenas, algunas violentas y otras crueles en demasía. Y por sorprendente que resulte, por momento nos olvidamos del descomunal y oscuro lado perverso de los asesinos y sufrimos de una especie de
síndrome de estocolmo del espectador, para a los pocos minutos volver a odiar a los psicópatas y desear que acaben con ellos de inmediato. Pero en
Los Renegados del Diablo no hay buenos, al menos no aparecen personajes estereotipados, de hecho es que la bondad brilla por su ausencia; hay sexo, sangre, el culo de la
Sra. Zombie, sadismo, más sangre, vejaciones, venganza, más culo de la
Sra. Zombie, ataques de pánico, más sangre, cuchilladas, situaciones bizarras, joven desnuda en la ducha, más sangre, espectacular atropello, cara rebanada, madurita en bragas, desmembramientos, un crítico de cine, todavía más sangre, drogas, y los guiños habituales del
Sr. Zombie como la aparición de
Bega Lugosi en la pantalla de uno de los televisores, junto con algunos cameos, como el de una
conocida y veterana actriz porno y un elenco de actores entre los que destaca el gran
Bill Moseley que vuelve a interpretar a
Otis, el veterano
Sid Haig que vuelve a dar vida al inconfundible
Capitán Spaulding y un
William Forsythe a lo
Charles Bronson interpretando al vengativo
Sheriff Wydell. Y no se termina aquí el plantel de actores,
Rob ha sabido escoger muy bien a algunos actores representativos del género de terror setentero y ochentero, para muestra
Michael Berryman de
Las Colinas Tienen Ojos,
Ken Foree de
Dawn Of The Dead (la original,
of course) haciendo de proxeneta, el veterano
Geoffrey Lewis haciendo de un cantante de country y una madura
Priscilla Barnes interpretando a su mujer. Y para interpretar a la
Madre Firefly cambia de la actriz
Karen Black a
Leslie Easterbrook. Y todo complementado con una excelente banda sonora de la mano de
Tyler Bates compositor que tuvimos la suerte de escuchar en
Dawn Of The Dead de
Snyder.
Sin duda la espera ha merecido la pena, disfrutar de esta película en una sala de cine es una gozada, y más cuando es la última sesión. Es una pena que el doblaje no esté lo suficientemente trabajado a pesar del loable esfuerzo de los dobladores, el mejor sin duda es
Gonzalo Durán que dobla al
Capitán Spaulding seguido de
Juan Carlos Gustems que dobla al
Sheriff Wydell, y el personaje peor doblado es el de la
Madre Firefly por
Rosa Guiñón, el doblaje de la escena de la comisaría es de vergüenza ajena. Y también es una lástima que la película no haya sido lo suficientemente difundida ya que en varios multicines de mi ciudad no ha sido proyectada.
Ahora toca, como siempre, esperar. Esperar a ver en qué próximos proyectos se embarca el bueno de
Rob. Si son la mitad de buenos que esta
Los Renegados del Diablo, bien merece la pena esperar.